May 26, 2011
May 25, 2011
El misterio de los niños
Fui con Lena y Dina - die Laubestrasse Mädels- al Schlachtensee.
Domingo de tormenta, aire denso, cielo espeso, calor sofocante. Nos sumergimos dos veces largo rato en el lago. Al salir, nuestra playita entre sauces estaba ocupada por un padre, dos madres y tres niños.
Hablaban una lengua rara, más inglés, alemán y francés, dependiendo de quién se estuviese dirigiendo a quién. Y este misterio nos ocupó el resto de la tarde. El niño de la mujer Uno -que parecía salida de un cuadro gótico de los Países bajos y no nos gustaba- llamaba al hombre papá, y el niño de la mujer Dos- que era amable y sí nos gustaba- , algo más pequeño, era clavado a aquel hombre, y el otro bebé de la mujer Uno no sé si se parecía a alguien, era muy blanco y feucho.
...
Hicimos muchas cavilaciones, cada una creía una cosa, y acabamos decidiendo que todos eran hijos de este chico que parecía no matar una mosca.. Dina dedujo que era de una secta.
Al tomar el tren de vuelta quisimos prolongar el juego de adivinanzas. Enseguida encontramos un motivo, una joven pareja que se abrazaba en el pasillo del vagón: ella lloraba, como un cordero, él no. Ella tenía rastas pelirrojas, el gafas y andaba descalzo. Lena adivinó una ruptura debido al viaje inminente del joven a .. Canadá. Toma ya!
Y se acabó lo que se daba!
Moraleja: No es oro todo lo que reluce.
(Sí, depués de tanta anti-Política y Protesta, hoy tocaba culebrón)
Domingo de tormenta, aire denso, cielo espeso, calor sofocante. Nos sumergimos dos veces largo rato en el lago. Al salir, nuestra playita entre sauces estaba ocupada por un padre, dos madres y tres niños.
Hablaban una lengua rara, más inglés, alemán y francés, dependiendo de quién se estuviese dirigiendo a quién. Y este misterio nos ocupó el resto de la tarde. El niño de la mujer Uno -que parecía salida de un cuadro gótico de los Países bajos y no nos gustaba- llamaba al hombre papá, y el niño de la mujer Dos- que era amable y sí nos gustaba- , algo más pequeño, era clavado a aquel hombre, y el otro bebé de la mujer Uno no sé si se parecía a alguien, era muy blanco y feucho.
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Hicimos muchas cavilaciones, cada una creía una cosa, y acabamos decidiendo que todos eran hijos de este chico que parecía no matar una mosca.. Dina dedujo que era de una secta.
Al tomar el tren de vuelta quisimos prolongar el juego de adivinanzas. Enseguida encontramos un motivo, una joven pareja que se abrazaba en el pasillo del vagón: ella lloraba, como un cordero, él no. Ella tenía rastas pelirrojas, el gafas y andaba descalzo. Lena adivinó una ruptura debido al viaje inminente del joven a .. Canadá. Toma ya!
Y se acabó lo que se daba!
Moraleja: No es oro todo lo que reluce.
(Sí, depués de tanta anti-Política y Protesta, hoy tocaba culebrón)
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