Tras un periodo de más de 5 meses de glaciación, rondando los menos veinte grados, haciendo rutas marcadas por un sendero estrecho esculpido en la mole de hielo que era Berlin, llega de pronto y por sorpresa la torridez de un Verano de casi 40 grados, y sin mar, que ya es decir.
Sin mar! Está bien, seco como Castilla, como la estepa, de campos resecos, casi sin color. No hay sudor, ni bochorno. Solo muchísimo calor. Pero tampoco hay brisa de mar, aunque la busques. Y el agua del lago está caliente y quieta, y dulzona y espesa. Estanca. Y es verde, como un puré de guisantes! Cada día más verde. Cada día más caliente...cada día más espesa.
Me acuerdo de mi Asturias querida, siempre fresquita, húmeda, verde y cantarina. De los kilómetros de arena salina y mojada, del agua gélida y cristalina de la orilla... de la bravura inquieta de las olas. Las olas que crecen y rugen terribles, babeantes de agua fresca! que nos tragan de cabeza en la orilla!
Asi que no puedo más! y pronto vuelo a casa!! :)
pd-y oé oé oé oé
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